-Disculpe, ¿es usted de aquí?
- ¡Pues claro que soy de aquí-dijo con un acento ligeramente francés-¿De dónde si no? Cuando estoy aquí, soy de aquí. Cuando estoy allí, soy de allí. ¡Qué pregunta más tonta!
así como el sentido de la vida es diferente para cada persona, aquí todos debemos encontrar la salida por nuestros propios medios.
Paciencia, hija. El sentido de la vida no se pierde en un solo día, y tampoco lo encontrará antes de que caiga la noche.
¿Quién eres? Aquélla era la pregunta que debía responder para pasar al otro lado y proseguir su camino. Tranqulizada por la sencillez de la prueba, se limitó a decir bien alto: -Soy Ariadna.
-No! - repuso lúbrugamente la máscara. - Eso es sólo tu nombre. Yo te pregunto QUIEN ERES.
-Soy una mujer de 33 años que se ha perdido en el Laberinto de la Felicidad.
-No es suficiente! Miles de humanos, entre ellos otras mujeres de tu misma edad, se han perdido aquí dentro. Muchos ni siquiera han logrado salir y han muerto de viejos. Quién eres tú?-bramó la voz.
Ariadna se quedó muda. No esperaba que aquella pregunta aparentemente sencilla tuviera una respuesta tan complicada. Al ver que no respondía, la máscara de la puerta empezó a increparla así:
-¿Eres una criadora de dudas? ¿Te dedicas a negar lo que otros afirman?¿Eres ave de mal agüero?Eres ilusa, desconfiada, escéptica?
Ariadna recordó entonces cuando era muy pequeña y se metían con ella.
-Cállate!-saltó ante la palabrería de la máscara-¡Soy lo que yo decida ser! Y, al decir esto, las puertas se abrieron.
-puedes hacer un ingreso en el banco.
-¿un ingreso?-repuso Ariadna- ¡Pero si no tengo nada!
Al oír esto la abuelita se puso de pie y abrió los brazos antes de decir:
-Cómo que no tienes nada! ¡Tienes mucho! ¿No has visto que esto es un Banco de Amor? ¡Dame un abrazo ahora mismo!
Ariadna se acercó a la anciana, y para no ofenderla, le dió un fuerte abrazo.
-¿Lo ves, hijita?-le recalcó la anciana.- Acabas de hacer un ingreso de amor.
-¿Y dónde puedo reembolsarlo cuando lo necesite?-preguntó Ariadna, divertida con aquella situación.
-¡En todas partes!- sonrió la anciana- Eso es lo bueno del amor: da igual donde lo des, porque te será devuelto en todas partes. (..) el amor es una divisa que nunca pierde valor en la bolsa de la vida.
-¿Tiene una cama libre para pasar la noche?-preguntó ella.
-Depende- respondió hastiado.
-¿De qué?
-De si quiere solo dormir o también soñar.
-Pensaba que una cosa llevaba a la otra- repuso Ariadna con sorpresa.
-Aquí no. Ésta es la Posada Sin Sueño y solo se puede dormir. Si es eso lo que quiere, encontrará una cama allí dentro.-refunfuñó.
Cuando ya se echaba una manta de lana encima, la figura tumbada a su izquierda dijo con voz ronca:
-Malas noches.
-¿Cómo dice?-preguntó Ariadna extrañada.
-Aquí todas las noches son malas. Por eso le he deseado malas noches. no puedo hacer otra cosa.
-¿Y por qué todas las noches son malas?
-Porque en esta posada no hay sueños. Y los que no sueñan están muertos en vida.
Y ¿sabes por qué las personas nos creamos nuestros propios obstáculos? Yo te lo diré: porque nos da miedo llegar a los lugares que hemos soñado.
-¿De verdad lo cree?
-¡No lo dudes! Cumplir un sueño siempre da miedo, porque estamos acostumbrados a lidiar con las dificultades, pero no a recibir regalos de la vida.
la felicidad siempre está más cerca de lo que imaginamos aunque la busquemos lejos.
la mayoría de obstáculos que encontramos los creamos nosotros, porque tenemos miedo a cumplir nuestros sueños.
-la risa es algo muy serio, ¿sabes? es el disolvente universal de las preocupaciones. Cada vez que ríes desaparece un problema de tu cabeza.
-Por muy pequeña que sea tu ventana, el cielo sigue siendo igual de grande.
-Pero, ¿qué hace ahí?-le preguntó ella desde el borde de la zanja. El barbudo la miró muy sorprendido. Se notaba que llevaba tiempo sin ver a nadie, tan absorto en sus idas y venidas. Luego dijo:
-Busco algo que he perdido.
-¿Y qué es?- se interesó ella, muy curiosa.
-La verdad es que hace tanto tiempo que lo perdí que ya lo he olvidado-respondió resignado.
-Supones bien: soy ciego. -se presentó. -He vivido tanto tiempo que no necesito ver más. ¿Quieres que prediga con tu pasado?
-No me interesa el pasado- añadió Ariadna, que no deseaba volver
a recordar su vida anterior al Laberinto.
- ¿Por qué no? En él está escrito tu futuro. Y no sólo en lo que hiciste o en lo que te sucedió. También tus creencias pasadas han creado tu futuro: lo que crees es lo que creas.
hay muchas cosas que elegimos inconscientemente porque deseamos que sucedan.
-Morir, ésa es la palabra.
-¿Por qué lo dice?
-Para nacer primero hay que morir.
-¿Qué le hace pensar que busco el sentido de la vida?-preguntó molesta.
El anciano rió suavemente antes de decir:
-Todos aquí lo buscan.
-Él te guiará. También es ciego, como yo.
-¿Un perro ciego?- preguntó asombrada Ariadna.
-No te preocupes -concluyó el anciano- Sabe oler los caminos que tienen corazón. Sabe ver lo esencial. Precisamente por eso es feliz y puede guiar a los demás.
<<¿Quién eres?>>, se dijo. <<Soy lo que yo decida ser>>, respondió.
<<¿De dónde vienes?>>, se preguntó. <<Vengo de mí misma>>, contestó.
Faltaba la tercera pregunta: ¿ADÓNDE VAS?,
pero la respuesta le vino sola, pues a estas alturas ya tenía claro cuál era su destino. Ariadna se inclinó nuevamente y escribió con el palito sobre las arenas: Al centro de mí misma.
-¿Sigues buscando la felicidad? Antes de que ella pudiera contestar, él mismo lanzó la respuesta:
-Créeme: no vale la pena que la busques. La felicidad no se busca, se encuentra.
-¿Y dónde se encuentra?- añadió Ariadna.
-En todas partes y en ninguna, porque la felicidad no es una meta, sino sólo un perfume. -¿Un perfume?-preguntó ella extrañada.
-Sí, es el perfume que desprende aquello que está bien hecho. Una puesta de sol perfecta, la caricia a un cachorro, la mirada de un ser amado, una canción sublime...,cualquier momento inolvidable.
-¿Por qué lo hacen?- preguntó Ariadna a un muchacho que cocía una patata al fuego. -Aquí, en el Laberinto, hace tiempo que se extinguieron los lobos-respondió.-Por eso aullamos por ellos.
-¿Y por qué?-insistió ella.
-Cuando aullamos y nos dejamos llevar por el éxtasis del canto y del baile, nuestros miedos salen volando y se esconden en la cara oculta de la Luna.
...
-¿Qué hace usted ahí?-le preguntó ella- ¿No se da cuenta de que no asusta a los pájaros? -Es que no quiero asustarlos. Soy un atraepájaros.
-¿Atraepájaros? No sabía que existiera algo así.
-Que no sepas algo no significa que no exista-explicó él - Además, ¿no te has fijado en el nombre de la estación?
-Sí. Espantamiedos.
-Pues ahora ya sabes por qué estoy aquí.
...
- Bajo nuestros miedos se encuentra el tesoro que andamos buscando. -Es una manera muy original de verlo. -Así habló el Maestro Obelisco: el miedo es el medio.
-¿Por qué el medio? -Es el medio de encontrar lo que necesitas. Pero primero deberás abrir la puerta del miedo: ella te llevará a lo que más secretamente anhelas.
-Entonces es miedo es una oportunidad.
....
-¿Ves estos tres escalones? Son los mismos que tiene cada persona en su cabeza y hay que limpiarlos. El primero es la opinión que tenemos de los demás, que solo sirve para crear prejuicios. El segundo es la opinión que creemos que los demás tienen de nosotros, que genera miedos, engaños y malentendidos. El tercero es la opinión que tenemos de nosotros mismos, que hace que nos miremos el ombligo e inventemos problemas. Conviene limpiar de vez en cuando las opiniones de estos tres escalones para lograr una vida auténtica y feliz.
...
Todos tenemos cada día decenas de pequeños y grandes contactos con los demás. Nuestro reto es conseguir el tercer resultado: que su vida sea un poco mejor después de estar con nosotros.
...
La felicidad es elegir- dijo el explorador- Mejor dicho: es vivir sin miedo a elegir. Nos perdemos en el Laberinto cuando permitimos que elijan por nosotros.
porque uno es aquello que elige ser, pero también aquello que renuncia a ser.
-¿Quién eres?- preguntó con un hilo de voz.
-Soy la niña que que fuiste y habías perdido.-suspiró dando un paso hacia ella.
...
Al levantarse sintió palpitar en su interior la niña que había perdido y tuvo unas enormes ganas de correr, reír, jugar, amar...En definitiva: vivir.
...
hay verdades que se comprenden mejor con el filtro sagrado de las lágrimas.
...
No hay más que una manera de ser feliz: vivir para los demás. LEON TOLSTOI
Intenta ser siempre feliz, porque nunca sabes quién se va a enamorar de tu sonrisa. ANÓNIMO
Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo. JULIO CORTÁZAR
Cada minuto que estás enfadado pierdes 6o segundos de felicidad. ANÓNIMO
Ten el valor de vivir. Morir, eso lo sabe hacer cualquiera. ROBERT CODY
Estar vivo es algo más que no estar muerto. ALLAN PERCY
Nunca es tarde para ser lo que deberías haber sido. GEROGE ELIOT
La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más. SÖREN KIERKEGAARD
Nunca serás feliz de verdad si buscas incesantemente en qué consiste la felicidad. Nunca vivirás de verdad si buscas incesantemente el sentido de la vida. ALBERT CAMUS
La sabiduría suprema es tener sueños lo bastante grandes como para no perderlos de vista mientras los persigues. WILLIAM FAULKNER
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